La pandemia actual causada por la COVID-19 ha tenido un gran impacto en todas las áreas, pero con una mayor relevancia en el ámbito de educación. La mayoría de los gobiernos alrededor del mundo han optado por el cierre de las instituciones educativas como medida de contención de la enfermedad. Según los números publicados por la UNESCO, se estima que más de 1700 millones de estudiantes han suspendido su educación en modalidad presencial, lo que corresponde a aproximadamente el 89,4 % de los estudiantes del mundo.
La pandemia actual causada por la COVID-19 ha tenido un gran impacto en todas las áreas, pero con una mayor relevancia en el ámbito de educación. La mayoría de los gobiernos alrededor del mundo han optado por el cierre de las instituciones educativas como medida de contención de la enfermedad. Según los números publicados por la UNESCO, se estima que más de 1700 millones de estudiantes han suspendido su educación en modalidad presencial, lo que corresponde a aproximadamente el 89,4 % de los estudiantes del mundo.
Se prevé que la crisis económica causada por la pandemia no tendrá precedentes, y los más afectados serán los países en vías de desarrollo. El reporte macroeconómico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima una caída regional del producto interno bruto (PIB) de un 5,5 % (2). En este contexto, el modelo de enseñanza cambió y pasó de ser presencial a un escenario de enseñanza-aprendizaje virtual. El cierre de escuelas, colegios y universidades ha cambiado de forma importante la vida de docentes, estudiantes y padres de familia.
Pasar de un modelo presencial a un método de educación virtual es un gran reto debido a la falta de recursos tecnológicos apropiados para poder implementar un nuevo método de enseñanza. Un estudio de la Pontificia Universidad Javeriana reportó que el 96 % de los municipios en Colombia tienen un déficit de recursos tecnológicos; mientras que las cifras del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Min TIC) reportan que 20 millones de habitantes carecen de banda ancha. Según el BID, en Latinoamérica, menos del 30 % de los estudiantes de secundaria tienen acceso a un computador para realizar las tareas escolares.
Todo esto se suma al hecho de que muchos padres no tienen suficiente disponibilidad de tiempo para realizar el acompañamiento en casa a sus hijos o se han quedado sin empleo, lo que ha obligado a suspender la educación privada. Estos factores han resultado en la desescolarización, lo cual generará un gran impacto en el aprendizaje de los estudiantes y afectará todavía más a aquellos estudiantes que venían con un mal rendimiento o eran repitentes.
Hasta el momento, y por la situación actual que se vive, todavía es difícil prever cuándo se retomarán las actividades educativas presenciales, ya que se desconoce la extensión del cierre de todas las entidades educativas. Desafortunadamente, el cierre prolongado de centros educativos generará repercusiones negativas de los aprendizajes alcanzados, disminuirá la escolarización y aumentará la deserción en los programas actuales. La mayoría de los países latinoamericanos no contaban con una estrategia nacional de educación a distancia previamente establecida y bien consolidada, sin embargo, la emergencia ha logrado que trabajen en la creación de soluciones para superar esta dificultad.
En este sentido, es necesario reinventar la forma de enseñar a través del aprovechamiento de los recursos digitales disponibles en la actualidad, con el fin de lograr un adecuado aprendizaje. Paradójicamente, las entidades educativas que previamente manejaban programas de educación virtual han sido las más preparadas y, a su vez, las menos comprometidas. El objetivo de continuar la educación de manera virtual se enfoca en estos tres pilares: mantener el vínculo estudiante-docente, entregar contenido alineado al currículo y acompañar y monitorear el proceso de aprendizaje. En este punto es clave que los docentes ajusten su metodología de enseñanza presencial a una nueva estrategia de metodología adaptada a las exigencias de tipo virtual, que promueva la motivación y la participación del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. De este modo, el uso y el entrenamiento de docentes y estudiantes en esta nueva tecnología de la información podría convertirse en un método de enseñanza innovadora que podrá traer múltiples beneficios a los estudiantes de las nuevas generaciones.
Los médicos especialistas y médicos en formación no estamos exentos de este tema, ya que muchos de nosotros estamos involucrados en diferentes ámbitos de la educación; ya sea desde la docencia, otros como médicos en formación de las diferentes especialidades y subespecialidades, y casi todos en la práctica de la formación médica continuada, en la que constantemente realizamos cursos o asistimos a congresos para estar siempre al día en nuestra formación académica. Es importante que todos los que seamos docentes incorporemos nuevas
estrategias en la búsqueda del reencantamiento social y educativo de este nuevo método de enseñanza virtual por medio de la creación de espacios de docencia y formación y la utilización de nuevos recursos tecnológicos disponibles, para proveer información y una comunicación acertada entre las dos partes. Por otra parte, aquellos que estemos interesados en ampliar o seguir construyendo conocimiento nuevo, debemos aprovechar esta nueva era virtual que, sin lugar a duda, nos trae también muchas ventajas como la disponibilidad de acceder a cursos o entrenamientos virtuales con grandes expertos nacionales e internacionales desde casa. Gracias a estos nuevos recursos tecnológicos, podemos seguir formándonos y/o reforzar conocimientos sin tener que desplazarnos, lo que nos ahorra tiempo y dinero.
García-Rey, T. Impacto del COVID-19 en la educación. Acta otorrinolaringol cir cabeza cuello [Internet]. 30 de julio de 2020 [citado 12 de septiembre de 2022]; 48(2):131 - 132. Disponible en: https://revista.acorl.org.co/index.php/acorl/article/view/544